En el Teatro de la Universidad Laboral de Gijón se habló anoche de economía y de empresa, algo entendible al tratarse del escenario donde transcurrió la gala de la II edición de los Premios de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), que recayeron en el empresario Daniel Alonso Rodríguez –fundador del grupo industrial avilesino Daniel Alonso–, y en Ascensores Tresa. Pero también, de forma menos indirecta que en eventos de este tipo, la política se coló en el guión. Así, por ejemplo, uno de los invitados estrella, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, aprovechó para hacer una defensa cerrada de la Constitución ("desde su aprobación en 1978 se han producido los mayores avances en España") y de "la igualdad de todos los españoles, que es lo que dice el artículo 14 de la Carta Magna". Ambas alusiones arrancacaron un aplauso rotundo del público, con el presidente del Principado, Adrián Barbón, sentado en la primera fila junto a la anfitriona, la presidenta de FADE, María Calvo. En una gala conducida por los periodistas Juan Ramón Lucas y Sonia Pardo, y que contó con canciones en directo de Fran Juesas, los diversos vídeos corporativos e intervenciones dramatizadas –a cargo de la compañía Territorio Emocional– trasladaron continuamente un mensaje: los empresarios son personas normales y corrientes con sus desvelos y dificultades. "Somos la solución, no el problema", afirmó Garamendi. Daniel Alonso Rodríguez, presidente de honor del grupo industrial que lleva su nombre, recogió el galardón a la Trayectoria Empresarial acompañado por uno de sus hijos, Jesús. Nacido en Arija (Burgos) en 1934, Alonso recordó sus inicios cuando, tras trabajar diez horas diarias en una cristalería, comenzaba su pequeño taller en una pequeña cuadra de caballos. "Y limpiaba las meadas y todo", recordó. Jesús Alonso dio fe de la laboriosidad de su padre: "Mis hermanos y yo crecimos viéndole trabajar 18 horas diarias, y eso fue nuestra mayor inspiración, más que cualquier consejo que pudiera darnos". Preguntado por Lucas por la situación económica de la región, Alonso padre ofreció el siguiente diagnóstico: "A Asturias le ha dado un infarto después de tantos años de abundancia; en esta tierra ha habido mucha actividad y muchas oportunidades". Sin profundizar más en las razones de esa patología, el empresario apuntó a otras de las deficiencias, en su opinión, de las nuevas generaciones: "Los jóvenes no deberían llegar el primer día preguntando cuánto van a ganar, sino cuánto van a aprender". Acompañada de su hija María Teresa Suárez, Marichu Echevarría, viuda del fundador de Ascensores Tresa, Gonzalo Suárez, recibió el premio a la mejor Empresa. La compañía gijonesa, que este año ha cumplido 40 años, cuenta con 200 empleados y fabrica más de 3.000 ascensores al año. Marichu Echevarría también mencionó los orígenes de la empresa, en su caso en un espacio de 30 metros cuadrados, y su hija destacó que una de las principales virtudes de su madre ha sido "ser una gran comercial". "Empezaron vendiendo ascensores en edificios antiguos, y mi madre acababa siempre tomándose un café con la mujer del presidente de la comunidad de vecinos, en el salón de su casa", relató María Teresa Suárez. Por su parte, su madre aseguró que "la mayor gratificación para un empresario es crear empleo para otras personas".